"Las princesas del castillo entre las nubes”
Desde hace muchísimos años viven dos hermosas princesas en un castillo sobre las nubes, debajo del castillo hay un hermoso y florido bosque donde las princesas pasan sus momentos más felices.
A la princesa Yosahani le encanta galopar en su precioso corcel blanco, disfrutar de la brisa de la tarde y del dorado escarlata del sol. Mientas que la princesa Anaí baila a los compas del trino de las aves, entre el color y el perfume de las flores.
Intempestivamente…Las aves despegan el vuelo desperdigándose por el bosque y quedando todo en absoluto silencio, las pajaritas madre muy alarmadas sólo atinan a cubrir el nido con sus alas desplegadas, para proteger a sus polluelos del malvado y ruin ser, que ha vuelto al bosque. Anaí no se da cuenta de nada y continúa bailando.
Lo que las princesas ignoran, es que antiguamente en el bosque reinaba un malvado mago de nombre Alejandro, quien odia las flores, la felicidad y el amor, pero que misteriosamente desapareció una noche de neblina en que los coyotes aullaban.
-¡Alto!-... ¡detente!, ¡no sigas más!... ¿es que acaso, no sabes quién soy?, ¡eres una irreverente!...
Sumamente sorprendida Anaí se detiene y observa delante de ella al ser más malvado y lóbrego que sus ojos han visto; es tal el impacto que no puede mencionar palabra alguna, lo que ocasiona que la furia del terrible mago Alejandro se acrescente y sin darle tiempo de reaccionar a la bella princesa le lanza un terrible hechizo.
-¡Agra gatagra, nina frenina que se convierta en blanca felina!, Ja, ja, ja, ja, ja…
Al decir esto la princesa empieza a encogerse, el pelo le brota por todo el cuerpo y queda reducida, a una hermosa gatita blanca.
-ja, ja, ja, ja, ja...
Con maquiavélica carcajada el mago Alejandro se aleja entre los árboles y la gatita se esconde tras unos arbustos.
Más tarde la princesa Yosahani llega por su hermana que no está en el lugar acostumbrado y extrañada comienza a buscarla, cuando descubre a la gatita blanca que comienza a maullar muy lastimosamente; la princesa se conmueve y se inclina a acariciarla, entonces descubre la corona que tiene la gatita y que es igual a la de la princesa Anaí, angustiada le revisa el cuello y reconoce el medallón que pertenece a su familia por cientos de generaciones... ¡Ya no le cabe la menor duda. Su hermana a sufrido un infame hechizo!
-¡Nooooo!... ¿pero quién se ha atrevido a hacerte daño?-... La princesa llora desconsolada. Casualmente pasa por ahí el príncipe Aby, que anda de cacería y que por cierto es muy amigo de las princesas; sobresaltado por el llanto acude inmediatamente para ver quien llora de esa manera y descubre a la princesa con una hermosa gatita entre sus brazos; y le pregunta...
-¿Porque lloras Princesa Yosahani-, alguien te ha hecho daño?...
La princesa muy triste le narra la desgracia que se ha cernido sobre su familia; cuando se escucha, una maquiavélica carcajada.
-Ja, ja, ja, ja…ja, ja, ja, ja....
Es el mago que está oculto tras un árbol observando y deleitándose con la angustia de las princesas. El príncipe Aby indignado, se le enfrenta exigiéndole que rompa el hechizo, a la vez que desenvaina su espada, pero el alevoso mago le lanza un fulminante golpe de magia eléctrica, que el príncipe no logra esquivar cayendo inmediatamente aniquilado.
- Ja, ja, ja, ja, ¡Soy invencible!; y pronto este bosque volverá a ser lúgubre y oscuro… ¡ja, ja, ja, ja... ¡No más color, no más felicidad!, todos estarán sumidos en la tristeza y yo gozaré de sus desgracias, ja, ja, ja, ja .
El mago está disfrutando de su triunfo anticipado, cuando aparecen las hadas Luz de luna y Flor de noche, ellas son las hadas protectoras de los bosques, de los jardines e invernaderos y de todo lugar dónde exista una flor con la magia de su color, aparecen siempre que las flores o árboles están en riesgo. Inmediatamente las hadas se dan cuenta del peligro y proceden a advertirle al mago Alejandro que deshaga el daño que ha ocasionado o de lo contrario tendrán que hacerlo ellas. El mago suelta una terrible carcajada e inmediatamente les lanza un hechizo...
-Sombriuz, tristeciux, adinas, convirteix en oscuriuz-.
El resplandor de luz, color y esencia de flores que envuelve a las hadas, las protege de toda maldad; y ya molesta Luz de Luna le dice.
-¡No eres invencible!, el mal nunca lo es, así que repara lo que has hecho o de lo contrario tendremos que proceder-…
-¡No lo haré!, ¡eso jamás!- y diciendo esto el mago lanza su fulminante golpe de magia eléctrica. Al no tener otra opción hada Flor de noche le dice a su hermana Luz de luna.
- ¡Hagámoslo ya!-; y las hadas le lanzan polvos de amor aderezados de esencia de pétalos de rosáceas, rocío de noche en luna llena y aliento de palabras amorosas de los enamorados, ya que este es el mejor antídoto que las hadas tienen contra la maldad… El mago se tambalea, se le doblan las rodillas y cae al piso justamente en el momento en que el príncipe Aby abre los ojos y todavía confundido empieza a incorporarse. La princesa Yosahani que durante todo este tiempo protegió a la gatita con su cuerpo, descubre que empieza a transformarse nuevamente en la hermosa niña que es; con la felicidad pintada en el rostro da gracias a las hadas y llena de felicidad abraza a su hermana.
Sumamente conmovidas por el amor de las hermanitas, las hadas prometen que siempre estarán protegiendo muy especialmente ese bosque y que además no se preocupen por el mago ya que este, no será capaz de hacerle daño a nadie más... diciendo esto el mago empieza a incorporarse, su rostro ahora tiene un brillo muy especial, es más bien bonachón… sacude la cabeza, el polvo de su ropa y con voz muy agradable dice.
- Buenas tardes hermosas niñas, amables damas y gallardo Joven, que la felicidad viva en sus corazones-; inmediatamente las aves comienzan a trinar y la princesa Anaí empieza a bailar, invitando a todos a imitarla, desde entonces todas las tardes en el bosque se reúnen las princesas, el mago, el príncipe y los habitantes del bosque a disfrutar del trino de las aves y la esencia de las flores, armándose una gran fiesta… colorín, colorado este cuento ha terminado.
©Ana María Moreno Pérez.
Todos los Derechos Reservados®
Desde hace muchísimos años viven dos hermosas princesas en un castillo sobre las nubes, debajo del castillo hay un hermoso y florido bosque donde las princesas pasan sus momentos más felices.
A la princesa Yosahani le encanta galopar en su precioso corcel blanco, disfrutar de la brisa de la tarde y del dorado escarlata del sol. Mientas que la princesa Anaí baila a los compas del trino de las aves, entre el color y el perfume de las flores.
Intempestivamente…Las aves despegan el vuelo desperdigándose por el bosque y quedando todo en absoluto silencio, las pajaritas madre muy alarmadas sólo atinan a cubrir el nido con sus alas desplegadas, para proteger a sus polluelos del malvado y ruin ser, que ha vuelto al bosque. Anaí no se da cuenta de nada y continúa bailando.
Lo que las princesas ignoran, es que antiguamente en el bosque reinaba un malvado mago de nombre Alejandro, quien odia las flores, la felicidad y el amor, pero que misteriosamente desapareció una noche de neblina en que los coyotes aullaban.
-¡Alto!-... ¡detente!, ¡no sigas más!... ¿es que acaso, no sabes quién soy?, ¡eres una irreverente!...
Sumamente sorprendida Anaí se detiene y observa delante de ella al ser más malvado y lóbrego que sus ojos han visto; es tal el impacto que no puede mencionar palabra alguna, lo que ocasiona que la furia del terrible mago Alejandro se acrescente y sin darle tiempo de reaccionar a la bella princesa le lanza un terrible hechizo.
-¡Agra gatagra, nina frenina que se convierta en blanca felina!, Ja, ja, ja, ja, ja…
Al decir esto la princesa empieza a encogerse, el pelo le brota por todo el cuerpo y queda reducida, a una hermosa gatita blanca.
-ja, ja, ja, ja, ja...
Con maquiavélica carcajada el mago Alejandro se aleja entre los árboles y la gatita se esconde tras unos arbustos.
Más tarde la princesa Yosahani llega por su hermana que no está en el lugar acostumbrado y extrañada comienza a buscarla, cuando descubre a la gatita blanca que comienza a maullar muy lastimosamente; la princesa se conmueve y se inclina a acariciarla, entonces descubre la corona que tiene la gatita y que es igual a la de la princesa Anaí, angustiada le revisa el cuello y reconoce el medallón que pertenece a su familia por cientos de generaciones... ¡Ya no le cabe la menor duda. Su hermana a sufrido un infame hechizo!
-¡Nooooo!... ¿pero quién se ha atrevido a hacerte daño?-... La princesa llora desconsolada. Casualmente pasa por ahí el príncipe Aby, que anda de cacería y que por cierto es muy amigo de las princesas; sobresaltado por el llanto acude inmediatamente para ver quien llora de esa manera y descubre a la princesa con una hermosa gatita entre sus brazos; y le pregunta...
-¿Porque lloras Princesa Yosahani-, alguien te ha hecho daño?...
La princesa muy triste le narra la desgracia que se ha cernido sobre su familia; cuando se escucha, una maquiavélica carcajada.
-Ja, ja, ja, ja…ja, ja, ja, ja....
Es el mago que está oculto tras un árbol observando y deleitándose con la angustia de las princesas. El príncipe Aby indignado, se le enfrenta exigiéndole que rompa el hechizo, a la vez que desenvaina su espada, pero el alevoso mago le lanza un fulminante golpe de magia eléctrica, que el príncipe no logra esquivar cayendo inmediatamente aniquilado.
- Ja, ja, ja, ja, ¡Soy invencible!; y pronto este bosque volverá a ser lúgubre y oscuro… ¡ja, ja, ja, ja... ¡No más color, no más felicidad!, todos estarán sumidos en la tristeza y yo gozaré de sus desgracias, ja, ja, ja, ja .
El mago está disfrutando de su triunfo anticipado, cuando aparecen las hadas Luz de luna y Flor de noche, ellas son las hadas protectoras de los bosques, de los jardines e invernaderos y de todo lugar dónde exista una flor con la magia de su color, aparecen siempre que las flores o árboles están en riesgo. Inmediatamente las hadas se dan cuenta del peligro y proceden a advertirle al mago Alejandro que deshaga el daño que ha ocasionado o de lo contrario tendrán que hacerlo ellas. El mago suelta una terrible carcajada e inmediatamente les lanza un hechizo...
-Sombriuz, tristeciux, adinas, convirteix en oscuriuz-.
El resplandor de luz, color y esencia de flores que envuelve a las hadas, las protege de toda maldad; y ya molesta Luz de Luna le dice.
-¡No eres invencible!, el mal nunca lo es, así que repara lo que has hecho o de lo contrario tendremos que proceder-…
-¡No lo haré!, ¡eso jamás!- y diciendo esto el mago lanza su fulminante golpe de magia eléctrica. Al no tener otra opción hada Flor de noche le dice a su hermana Luz de luna.
- ¡Hagámoslo ya!-; y las hadas le lanzan polvos de amor aderezados de esencia de pétalos de rosáceas, rocío de noche en luna llena y aliento de palabras amorosas de los enamorados, ya que este es el mejor antídoto que las hadas tienen contra la maldad… El mago se tambalea, se le doblan las rodillas y cae al piso justamente en el momento en que el príncipe Aby abre los ojos y todavía confundido empieza a incorporarse. La princesa Yosahani que durante todo este tiempo protegió a la gatita con su cuerpo, descubre que empieza a transformarse nuevamente en la hermosa niña que es; con la felicidad pintada en el rostro da gracias a las hadas y llena de felicidad abraza a su hermana.
Sumamente conmovidas por el amor de las hermanitas, las hadas prometen que siempre estarán protegiendo muy especialmente ese bosque y que además no se preocupen por el mago ya que este, no será capaz de hacerle daño a nadie más... diciendo esto el mago empieza a incorporarse, su rostro ahora tiene un brillo muy especial, es más bien bonachón… sacude la cabeza, el polvo de su ropa y con voz muy agradable dice.
- Buenas tardes hermosas niñas, amables damas y gallardo Joven, que la felicidad viva en sus corazones-; inmediatamente las aves comienzan a trinar y la princesa Anaí empieza a bailar, invitando a todos a imitarla, desde entonces todas las tardes en el bosque se reúnen las princesas, el mago, el príncipe y los habitantes del bosque a disfrutar del trino de las aves y la esencia de las flores, armándose una gran fiesta… colorín, colorado este cuento ha terminado.
©Ana María Moreno Pérez.
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