martes, 16 de noviembre de 2010

Árbol quemado

Árbol quemado


El ruido del ventilador, la computadora
 
mis pensamientos…
 
cuatro paredes confinan mi mundo,
un mundo castrado de sueños.
 

El horizonte oscuro se plaga de filosas hachas
que amenazadoras se ciernen sobre mí
 
como si fuera… árbol quemado.

Me laceran, me matan lentamente
son monstruos alimentándose con la incertidumbre,
con el sahumerio que brota de mi cuerpo…
se enardecen
me demuestran el poder de su tajadura
y lascivas
 
se vuelven hacia el otro lado.

Acarician la maleza, me ignoran
 
mientras debilitado
 
exhalo… el último suspiro.

Ana María Moreno Pérez

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