martes, 16 de noviembre de 2010

"Las princesas del castillo entre las nubes”


               "Las princesas del castillo entre las nubes”

Desde hace muchísimos años viven dos hermosas princesas en un castillo sobre las nubes, debajo del castillo hay un hermoso y florido bosque donde las princesas pasan sus momentos más felices. 
A la princesa Yosahani le encanta galopar en su precioso corcel blanco, disfrutar de la brisa de la tarde y del dorado escarlata del sol. Mientas que la princesa Anaí baila a los compas del trino de las aves, entre el color y el perfume de las flores.
Intempestivamente…Las aves despegan el vuelo desperdigándose por el bosque y quedando todo en absoluto silencio, las pajaritas madre muy alarmadas sólo atinan a cubrir el nido con sus alas desplegadas, para proteger a sus polluelos del malvado y ruin ser, que ha vuelto al bosque. Anaí no se da cuenta de nada y continúa bailando.
Lo que las princesas ignoran, es que antiguamente en el bosque reinaba un malvado mago de nombre Alejandro, quien odia las flores, la felicidad y el amor, pero que misteriosamente desapareció una noche de neblina en que los coyotes aullaban.
-¡Alto!-... ¡detente!, ¡no sigas más!... ¿es que acaso, no sabes quién soy?, ¡eres una irreverente!...
Sumamente sorprendida Anaí se detiene y observa delante de ella al ser más malvado y lóbrego que sus ojos han visto; es tal el impacto que no puede mencionar palabra alguna, lo que ocasiona que la furia del terrible mago Alejandro se acrescente y sin darle tiempo de reaccionar a la bella princesa le lanza un terrible hechizo.
-¡Agra gatagra, nina frenina que se convierta en blanca felina!, Ja, ja, ja, ja, ja…
Al decir esto la princesa empieza a encogerse, el pelo le brota por todo el cuerpo y queda reducida, a una hermosa gatita blanca.
-ja, ja, ja, ja, ja...
Con maquiavélica carcajada el mago Alejandro se aleja entre los árboles y la gatita se esconde tras unos arbustos. 
Más tarde la princesa Yosahani llega por su hermana que no está en el lugar acostumbrado y extrañada comienza a buscarla, cuando descubre a la gatita blanca que comienza a maullar muy lastimosamente; la princesa se conmueve y se inclina a acariciarla, entonces descubre la corona que tiene la gatita y que es igual a la de la princesa Anaí, angustiada le revisa el cuello y reconoce el medallón que pertenece a su familia por cientos de generaciones... ¡Ya no le cabe la menor duda. Su hermana a sufrido un infame hechizo!
-¡Nooooo!... ¿pero quién se ha atrevido a hacerte daño?-... La princesa llora desconsolada. Casualmente pasa por ahí el príncipe Aby, que anda de cacería y que por cierto es muy amigo de las princesas; sobresaltado por el llanto acude inmediatamente para ver quien llora de esa manera y descubre a la princesa con una hermosa gatita entre sus brazos; y le pregunta...
-¿Porque lloras Princesa Yosahani-, alguien te ha hecho daño?...
La princesa muy triste le narra la desgracia que se ha cernido sobre su familia; cuando se escucha, una maquiavélica carcajada.
-Ja, ja, ja, ja…ja, ja, ja, ja....
Es el mago que está oculto tras un árbol observando y deleitándose con la angustia de las princesas. El príncipe Aby indignado, se le enfrenta exigiéndole que rompa el hechizo, a la vez que desenvaina su espada, pero el alevoso mago le lanza un fulminante golpe de magia eléctrica, que el príncipe no logra esquivar cayendo inmediatamente aniquilado.
- Ja, ja, ja, ja, ¡Soy invencible!; y pronto este bosque volverá a ser lúgubre y oscuro… ¡ja, ja, ja, ja... ¡No más color, no más felicidad!, todos estarán sumidos en la tristeza y yo gozaré de sus desgracias, ja, ja, ja, ja . 
El mago está  disfrutando de su triunfo anticipado, cuando aparecen las hadas Luz de luna y Flor de noche, ellas son las hadas protectoras de los bosques, de los jardines e invernaderos y de todo lugar dónde exista una flor con la magia de su color, aparecen siempre que las flores o árboles están en riesgo. Inmediatamente las hadas se dan cuenta del peligro y proceden a advertirle al mago Alejandro que deshaga el daño que ha ocasionado o de lo contrario tendrán que hacerlo ellas. El mago suelta una terrible carcajada e inmediatamente les lanza un hechizo...
-Sombriuz, tristeciux, adinas, convirteix en oscuriuz-. 
El resplandor de luz, color y esencia de flores que envuelve a las hadas, las protege de toda maldad; y ya molesta Luz de Luna le dice.
-¡No eres invencible!, el mal nunca lo es, así que repara lo que has hecho o de lo contrario tendremos que proceder-…
-¡No lo haré!, ¡eso jamás!- y diciendo esto el mago lanza su fulminante golpe de magia eléctrica. Al no tener otra opción hada Flor de noche le dice a su hermana Luz de luna. 
- ¡Hagámoslo ya!-; y las hadas le lanzan polvos de amor aderezados de esencia de pétalos de rosáceas, rocío de noche en luna llena y aliento de palabras amorosas de los enamorados, ya que este es el mejor antídoto que las hadas tienen contra la maldad… El mago se tambalea, se le doblan las rodillas y cae al piso justamente en el momento en que el príncipe Aby abre los ojos y todavía confundido empieza a incorporarse. La princesa Yosahani que durante todo este tiempo protegió a la gatita con su cuerpo, descubre que empieza a transformarse nuevamente en la hermosa niña que es; con la felicidad pintada en el rostro da gracias a las hadas y llena de felicidad abraza a su hermana. 
Sumamente conmovidas por el amor de las hermanitas, las hadas prometen que siempre estarán protegiendo muy especialmente ese bosque y que además no se preocupen por el mago ya que este, no será capaz de hacerle daño a nadie más...  diciendo esto el mago empieza a incorporarse, su rostro ahora tiene un brillo muy especial, es más bien bonachón… sacude la cabeza, el polvo de su ropa y con voz muy agradable dice. 
- Buenas tardes hermosas niñas, amables damas y gallardo Joven, que la felicidad viva en sus corazones-; inmediatamente las aves comienzan a trinar y la princesa Anaí empieza a bailar, invitando a todos a imitarla, desde entonces todas las tardes en el bosque se reúnen las princesas, el mago, el príncipe y los habitantes del bosque a disfrutar del trino de las aves y la esencia de las flores, armándose una gran fiesta… colorín, colorado este cuento ha terminado.



©Ana María Moreno Pérez.
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Árbol quemado

Árbol quemado


El ruido del ventilador, la computadora
 
mis pensamientos…
 
cuatro paredes confinan mi mundo,
un mundo castrado de sueños.
 

El horizonte oscuro se plaga de filosas hachas
que amenazadoras se ciernen sobre mí
 
como si fuera… árbol quemado.

Me laceran, me matan lentamente
son monstruos alimentándose con la incertidumbre,
con el sahumerio que brota de mi cuerpo…
se enardecen
me demuestran el poder de su tajadura
y lascivas
 
se vuelven hacia el otro lado.

Acarician la maleza, me ignoran
 
mientras debilitado
 
exhalo… el último suspiro.

Ana María Moreno Pérez